Acabo de dilucidar que el verdadero dolor de wata y mariposas retorcijonas estaban enrredadas en una madeja de lana, en una melena y chasquilla negra,en unos labios rojos que sacaban carcajadas explosivas, en unos polerones de colores y unas chapulinas chuecas... que estaban ( en ese tiempo) justamente al otro lado de mi dormitorio.
wó, la extrañé y al verla me extrañé de darme cuenta.