viernes, 27 de enero de 2012

Non fear

Antes dije que no le temía a la muerte, lo sostengo.

Antes dije que no le tenia miedo a nada, lo sostengo, pero confieso que casi no pude cuando pensé que me ponía vieja. Por esos días entré en un absurdo pánico, que por suerte, no terminó en rolar el útero para fumármelo. Un día dije que antes de llenarme de arrugas prefería darme muerte y ahora es algo que no podría sostener.

En verdad, quiero llegar a vieja, que cada vez que me ría se pronuncien las líneas de la felicidad que iluminan mi cara con fuerza, que cada vez que llore, mi lluvia cobre una mayor intensidad para que dure menos, porque cada vez tengo menos cosas por qué llorar. Que cada vez que frunza el ceño la expresión sea lo suficientemente fuerte para no tener que abrir la boca y disparar las palabras cargadas de radioactividad.
Que cada vez que pinte historias tomen matices de cuento, vida, ritmo.

La verdad es que las personas como yo nunca mueren y tampoco envejecen, porque ya traemos vida antigua, porque nacemos con la línea de la vida sin término apenas nacemos, así como Gaspar, que también la trae.

viernes, 20 de enero de 2012

Dejarlo claro

En la tardecita me tragó medio cuerpo la cama, prendí la tele, me puse a tejer mi nuevo gorro negro con destellos dorados, destellos... jajajaja, no, esa no es la palabra, hasta yo me imaginé un gorro muy blin blin, maaaaal.
Lo importante no es el gorro, no es el hilo, no es decir que (no) lo quiero terminar o que ya quiero que sea otoño, aunque quiera y no, que quiera y no tejer , o que al rato ya me aburrí y me puse Salvaje.
Lo importante no es decir que dejé de leer y que agarré el control remoto, o que al hacer zapping caché a una mina que tiene un programa enfermo de cursi preguntando-me ¿cuántos hombres han pasado por tu cuerpo? y me da vergüenza ajena, no pudor, vergüenza.

Recordé que las mujeres sí hacemos una lista de los o las que nos hemos besado, y también, hacemos lista (mental) de los que nos la han metido, porque claro, eso nunca se olvida, aunque muchas veces quisiéramos poner la tachadura sobre el nombre, sobre el hombre, sobre el recuerdo de ése hombre - nombre, de callar la voz del hombre, porque claro, cuántas veces es que habla el hombre.
No sé por qué me puse hablar con la voz de todas.

Nunca se olvida, no lo digo, no lo escribo con voz de Candy invocando al espectro del finado Anthony ni con los ojos mirando al techo con la intesionalidad mutante de tener el superpoder del Ciclope de X-men (obvio que el comic, obvio) y atravesarlo y seguir proyectando la mirada que no mira ni ve nada, pero que es intensa, atraviesa el techo... ojo con eso, atraviesa el techo.
No pude escoger un peor ejemplo.

Bueno, y así, con la risa se me va la onda, al recordar se me va la onda porque además me pongo hacer el ranking de los top five, porque además hace tiempo que no hacía el recuento, eso lo recuerdo, que hasta esa vez en que contesté con cuántos me había "acostado" eran 8, creo, o que si me acostaba con él serían 8, pero de que me acuerdo del numero 8 lo recuerdo.

(nota mental: hacer la lista y recordar si él ocupa el numero 8 o el 9)

Retomando eso de "acostarse", ¿qué mierda es eso? suena fome,
- Sí me acosté con él y nos quedamos dormidos.

Eso de "lo hicimos",
-Sí lo hicimos, nos juntamos, lo hicimos... hicimos pan amasado.
Me suena un poco a eso.

Yo diría, digo, follé, follamos, me lo metió, culeamos, le di unas nalgadas, etc... bien vulgar, porque me calienta.


Lo importante no es que tenga 25 años y que hasta la fecha, mi cuerpo se ha haya agarrado a coscachos con otros 11 cuerpos.

Lo importante es que quede claro que nada de esto tiene importancia, que me dan verguenza esos programas porque me hacen hacer este tipo de cosas, cosas de minas.

sábado, 14 de enero de 2012

Oigo la voz en el ombligo todo el tiempo

En agosto del 2010, cuando me fui al retiro espiritual a reencontrarme con las tetas de mi madre, tuve la siguiente visión:

Camino a Pirque hay una gran vuelta en carretera que delata la llegada al lugar, justo en esa vuelta hay dos escaleras hechas de cemento que forman una pirámide y luego un nuevo piso para seguir camino arriba.
Me vi subiendo la escalera con Renato en brazos, más bien con los pies de Renato en mis brazos y su cara la veía avanzar entre mi zapatilla y punta de zapatilla, entre los cordones sueltos y el polvo que levantábamos con Ignacio por el peso de los pies en una ya avanzada caminata. Nos vi bajando, y luego al pisar la carretera ya no los vi más, ni a ellos ni a la carretera, ni a ellos ni a las escaleras.

Recuerdo haber dejado de caminar.


Al fin llegué. Hacía calor, el paisaje no era hermosamente verde, era hermosamente gris.
en el grande espacio árido, donde rebotaba en la cara el zol, apareció una mesa rectangular de madera bastante grande. En los dos extremos de los bordes estaban paradas las mujeres negras, gordas, vestidas igualmente con vestidos blancos, un amarre en la cintura, con un paño blanco en la cabeza, los labios grotescamente gordos pintados de rojo y las palmas de las manos arrugadas y blancas.

Poseían la risa, la burla, el coraje y hasta un algo de actitud amazónica. Con esa misma actitud una de ellas cogía un pequeño bolso, al mismo tiempo en que se llevaba la otra mano a la cintura y se me acercaba para entregármelo.
Agarré el pequeño genero, lo abrí, metí la mano izquierda como para sacar un gran puñado de cabritas, agarré todas las piedras que estaban dentro. Fue cuando supe que estaba ahí para tirar mi suerte, que me leyeran las piedras de mi destino, para pedir consejo de mi grande mal como también para exigir esclarecer la confusión que gobernaba cada hebra de mis deseos, las hebras torpemente tejidas enredando los sueños.

Las piedras a la mesa, los cuerpos negros inclinados a la mesa, los ojos a las piedras, sus caras a la mía, sus carcajadas en mis oídos haciendo vibrar el centro del cuerpo, la burla me humilla, me averguenza. La voz me increpa:

- Y tú, ¿de qué te quejas? si naciste parada sobre el elefante gris.

Las dejé a mi espalda, luego desperté.

viernes, 13 de enero de 2012

llorar

como acto político

jueves, 12 de enero de 2012

boluda

En menos de 3 días rompí la tapa de un mantenquillero antiguo, que Italo me había dicho apenas llegó que tuviera cuidado porque era una herencia de su abuelo.
No es que lo haya agarrado y tirado impunemente con el odio al suelo, no. Pasó que estaba muy a la orilla del mueble de cocina y yo justo le puse la pasión al cortar la cascara del zapallo, es que es muy duro, y ahí si que hay que agarrar actitud. Cagó la tapa, cagó el mantequillero, cagó la herencia.

En menos de 3 días rompí la tapa de un matequillero antiguo y un pote de vidrio que puede cumplir varios usos como para servir el postre, los helados, las frutas, frutos secos, salsas,etc...
Era de la Dana, supe que había sido un obsequio de su tía cuando se fue/cuando se vino a vivir "sola" que no es sola, o sí, vivir " sola " con Italo, que tampoco es sola con él, osea, sola con él, pero con nosotros. Me enteré que había sido un regalo de su tía, y ahí me sentí el doble de mal por haber sido tan torpe, de haberlo dejado en el mueble pequeño, de olvidarlo, de sentarme en el mueble pequeño y con mi "pequeña humanidad" mandarlo contra el suelo.

En menos de 3 días rompí la tapa de un mantequillero antiguo y un pote de vidrio que no me pertenecían, que guardaban en su existencia un dejo de recuerdo y cariños para otros y que puta,
me siento mal, pienso en cómo alguien puede ser tan torpe de botarlo todo, de chocar con todo y no aprender nunca, que tonta, aunque mis disculpas son sinceras, me carga sentir culpa, me carga tener que tener la culpa y que la cruz me pese en la espalda, ¡merde!

sábado, 7 de enero de 2012

Vicafobia

Tomé el metro en Santa Ana, me bajaría en Irarrazabal.
Iba pensando quizá dónde dejé mi lápiz pasta rojo, siempre pierdo los lapices, y eso que anoche los dejé en el estuche para precisamete no perderlos. Me gustaba caleta ese en particular y no sé por qué, si es tan cuma, valen como gamba y media. Pero era mi lápiz, que cuma y todo estoy segura que me lo pelaron.

Miré el celu para enterarme de la hora, Puerco me escribió un mensaje, puerco asqueroso te quiero más que la chucha.
Guardé el celu , mientras miraba las ofertas dentro del vagón nos detuvimos en Bellas artes, me quedé mirando el suelo, de pronto me pudrí.
Me sentí horrible, se me pararon los pelos, sentí que alguien me quería ahorcar, en cuanto me llevé las manos al pecho miré al frente, de vuelta recibí la mirada más desafiante y vacía que me quemó enseguida.

Entró en esa estación una mujer, vestía como mujer pero dudo que lo fuera, era una mujer que por suerte no traía puesta la cabeza de vaca, me pareció más bien un duende o una bruja, era demasiado llamativa como para pasarla por alto, y todos ahí parecían no verla y podría jurar por cualquier cosa ( sólo para decir que pude haber jurado por la constelación washuleru leru leru, jurar por el peso que supongo tiene aun jurar por algo) que yo fui la única persona ahí dentro que vio a esa mujer-cosa.
El maldito corazón se me iba arrancar por las orejas, cerré los ojos negando rotundamente la posibilidad de volver a mirarla, pensaba en el color violeta, bordearme en violeta, tú acá no entras, tú acá no entras... pero aun con los ojos cerrados sabía que estaba enfrente de mi nariz, su cara pálida alargada en creciente, los labios muy rojos, los ojos sin vida ganando muertos, el sombrero era amarillo con pequeñas lineas negras horizontales que en el centro tenía una cinta ancha negra doblada y terminada en un doblez para simular una flor, vestía un terno negro de delgadas lineas blancas, no vi sus pies, porque no tenía pies. Quise vomitar, llevaba las manos sudorosas y frías, me tembló el pie izquierdo, ¿cuándo se baja? ¿ cuándo se va? si no se baja acá en Santa Isabel me bajo yo, al abrirse paso al andén ella-eso se bajó.

No la vi bajarse, la sentí bajarse, la sentí alejarse.

Estamos seguras, ella-eso y yo, que su imagen en mí no la borrará ni un posible futuro alzheimer, y que si me la vuelvo a encontrar en mi camino, no volveré a dormir nunca más.

miércoles, 4 de enero de 2012

Dear prudence

¿Prudencia?

¿mesura?

ahm...

La verdad, es que no quiero hacer bus stop ni subirme al taxi para guardarme, para salvarme, para evitar(te) las sombras que tanto me hacen bien, que tanto me hacen mal, porque así me gusta estar, porque it's beautiful and so are you, dear prudence ...y yo, yo no necesito pedirte que cambies.

martes, 3 de enero de 2012

Nonó

- La máscara.

-No.

- quita, la más cara...

-jajajaj la más cara, no.

-cómo ti iamas.

-Carol.

-Carolinia?

-No, just Carol.

-Carolinda.

-Are you Poland?

-Not, are you?

-Nonó.



Seguir chuteando el corcho del champagne.

lunes, 2 de enero de 2012

00:00

Partida exacta, punto neutro, el globo a cero.
sólo abracé con papel los mejores deseos y los hice humo al mundo, fue bacán.

Bueno, después a los franceses, a los alemanes y a los mosqueteros.