jueves, 31 de marzo de 2011

Liebre de marzo

Pasaste por marzo a paso de tortuga, qué grosera!

domingo, 27 de marzo de 2011

tru lu lú

Cuando yo tenía 12 años y estaba cursando el 7mo básico me compré en el kiosco del colegio un helado trululú, acompañada de mi en ese entonces amiga y compañera marce.
En cuanto abrí la boca para zamparme el helado sentí crujir mi mandíbula y quedarse desencajada. Sin siquiera alcanzar probar bocado me puse hacer sonidos de chimpancé porque no podía cerrar la boca, no podía modular, no podía dejar de babear y me puse raja a llorar.
Entonces la escena era absurda y chistosa, la Marce me agarraba del brazo tratando de ayudarme porque no comprendía bien qué pasaba, tan sólo me veía babear y llorar, y yo tan sólo babeaba, lloraba y veía cómo se me derretía el helado y mi mano quedaba pegajosa.

A la oficina me llevó, la señora Juanita (la directora del colegio) al verme así tampoco entendía nada, y todo era absurdo otra vez y su cara solo me mostraba compasión frente a tal cuadro bizarro y húmedo que ella veía.

Menos mal que a la vuelta estaba el consultorio y me llevaron volando a urgencia mientras tomaban contacto con mi mamá. Cuando llegué al consultorio el doctor puso la misma cara que vi primero a la Marce y después a la dire.
Me agarró la cara con sus dos manos y me dijo : quedate quieta.
yo me quedé entera tieza y lo miraba con estos ojos gigantes que tengo, rogándole con la mirada que curara mi mal.
me zamarreó de tal forma que volvió a crujir la mandíbula y pude volver a cerrar la boca.

Luego del evento tuve que ir a sesiones de maxilofacial 1 vez por semana, usar una placa traslúcida al dormir y juro que nunca más en la vida volví a comprarme un trululú.

miércoles, 23 de marzo de 2011

no por nada

No se guardan secretos
ya no se cultivan gusanos
se tira la cadena para que se vaya (a) la mierda
el latido de la bombeante máquina se impone en el cuerpo y alerta
ni la cebolla provoca llantos
mejor hacer que parecer hacer, y no deshacer para no parecer haberlo hecho.

Que aguanten los huesos y los dientes, los cimientos que sostendrán al sujeto aunque el piso desfonde.

sábado, 19 de marzo de 2011

En cuanto pueda

Me fumaré un cigarrito en silencio helandome al frío y suspiraré vaho tembloroso.
Estiraré el cuerpo de guatita en la cama .
Compraré un Chivas regal e invitaré a jugar cartas a cualquiera que me apañe hasta la madrugada.
Voy a pegarme una corrida maratónica y gritaré como una loca que estoy loca.

Apenas pueda, en este mismo orden, lo prometo.

martes, 8 de marzo de 2011

Manso Pi( r )que



Lo que a mi me cuesta son las despedidas, muchas veces he preferido el abandono.

No sé, debe ser que el gesto de abandonar es tan grotescamente asquiento que al hacerse se siente una sin perdón. Sin perdón de qué? si al final de cuentas el perdón no existe, porque nunca lo que he buscado.

Encuentro en el abandono cierto encanto melancólico que me cae bien en la panza, ese gesto nómade que me hace sentir liviana de mirarme las manos vacías , estiradas palma arriba, que en vez de tener alguna pertenencia dibuja en cada paso avanzado un nuevo trazo en la linea de la vida.

Entendiendo que el abandonar no es razón de desamar ni de cabar tumbas, mucho menos de olvidar.

manso Pirque, he de volver a arrancarte las raíces que planté en tu tierra fértil el invierno pasado.
He de volver porque todo el fruto que tiñe mis verdes manos de jardinera ya cumplió el ciclo, y al ver el resultado logro entender que es en ése lugar donde yo sané, pues todo lo podrido que tenía pegado al cuerpo se convirtió finalmente en abono, y la orgánica parte que moría de mí se mezclaba con tierra para volverme a la vida, a la vida mi muerte.

Chao manso pique, igual me teniai harto chata.