domingo, 19 de agosto de 2012

Como cuando...

Mira las bananas en la mesa y dice 'ahí tá' para que le pase una.
Entra a mi encuadre dando pasos afrankeinstados, esforzándose concentrado, sacando la lengua, mirándome, riéndose, mostrando los 7 dientes, achinando los ojos.
Señala el collage de fotografías y se sorprende en los 'uhhhh'.
Persigue a Rita para agarrarla, Rita se urje y arranca, él contento, las risas ricas.
Hace girar los pedales de la bicicleta con una mano, quedándose en ese silencio de ruido mental.
Baila, baila ensimismado las mejores canciones, enajenado.
Me abraza una pierna y me conversa para arriba como si habláramos el mismo lenguaje.
Nos miramos de frente entre el afuera y adentro del ventanal para hacernos muecas divertidas.
Se acuesta de guata en el piso y mueve su camión de madera sólo en el perímetro de la comodidad de su brazo extendido, de su ala de ángel.
Sus ojos en los de Felipe y viceversa, entonces  ríen y se abrazan, entonces me estremezco, los disfruto así, en verlos, en quererlos queriéndose.
 Le digo 'Para mí'  y me pasa lo que tenga en la mano sin necesidad de arrebatarnos en los miedos.
Antes de dormir vemos o escuchamos  un poco de Eraserhead,  la planète sauvage ,  la naranja mecánica o de los Backyardigans y se toma la mamadera llena de leche con muchas ganas hasta dormirse

Como cuando tú.
Como cuando no doy más de las emociones y me siento muy, pero muy feliz.



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