domingo, 7 de febrero de 2010

Yo que nunca he pintado una pared ahora puedo decir que pensaba que era distinto y más entretenido, siempre he visto a los locos con la brocha en una mano, sin polera, y con una chela en la otra mano y con risas y blah blás.

Yo que nunca había pintado una pared no sabía que el rodillo salpicaba tanta pintura al suelo y las manos si lo pasas tan rápido. Me quiero sacar la polera, ponermela en la cabeza y andar en watas.

Me aburro, ya no quiero seguir pintando, hace calor, tengo hambre, me duele el pie derecho y quiero una cerveza helada.

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