martes, 24 de abril de 2012

Tarea para la casa


La Paola, mi profe, nos mandó a la casa a identificar (recordar y apuntar) los propios factores de riesgo, y protectores que vivimos en la etapa escolar.

Recordé  2do medio, me vi en la sala de clases, en el puesto que compartía con Rodrigo. Me vi en la clase de lenguaje, con la Paillalef, no entendiendo nada, muerta de sueño, tapándome la cara, siempre tapándome la cara, no simulaba el sueño, lo tenía. No simulaba la cara perturbada, la tenía. No mentía el cuerpo, lo que me pasaba me pesaba y se asomaba. Me tapaba la cara porque lloraba, no podía tapar las lagrimas porque igual me mojaban las manos.
Rodrigo me miraba, sólo miraba empáticamente la escena. Jamás me habló.
(Debe ser por eso que siento amor por él, debe ser por eso que nuestra amistad aun existe aunque por ahora esté quieta, y me duele un poco, me duele la culpa de no haber ido a ése cumpleaños en que prometí estaría sentada a su lado comiendo torta de chocolate, era de chocolate porque yo le dije que tuviera una torta de chocolate, porque desde la panza Gaspar me pedía lo dulce y yo, yo eyectaba esa idea y sabor de la torta. Me duele porque no compartí con él su día especial, tampoco compartí el día especial en que conocerías a mi hijo. Me duele, tanto como escuchar el Ágaetis Byrjun y quedarme pegada en la culpa... es el egoísmo el que me sesga, siempre)

La Vero dictaba, la Vero me miraba. La Vero detuvo su clase, la Vero me sacó de la sala.

Le conté que no dormí, que anoche mi mamá. Anoche, esa noche, mi mamá se empastilló a matar, no le resultó y al parecer estaba apurada. Apurada en la velocidad que sólo la familia de los zepam no puede esperar, porque todo tiene que pasar sin pasar  por el cuerpo, el cuerpo se duerme y es la cabeza la que no deja de proyectar, la maldita cabeza es la que nunca se calla.
Anoche a  mi mamá se le cruzaron los cables, cortó con toda intensión el cable rojo o el azul o todos juntos.
Anoche mi mamá fue a la cocina, en sobredosis de Clonas, Alprazo y Diazepam además del hipnótico Zolpidem ( rico el zolpidem o Dormosol , siempre fue mi favorito, salvo por el acontecimiento, lo recuerdo con cariño) agarró una botella de vidrio que con todas las ganas quebró ante el mueble de cocina y direccionó a su propio cuello el gollete, cortándose de izquierda a derecha toda la parte frontal de su garganta.
Entonces,
mi madre
su "sueño"
la botella
el gollete de la botella
su cuello
su cuello abierto
su garganta ensangrentada
la sangre corre y no es agua, no es agua...
los llantos
los gritos
de frente y en contra mis hermanas  y yo
mi papá borrado
mi papá borracho
y
en detalle
de izquierda a derecha porque hay cosas que uno nunca puede olvidar, es ley.



Después recordé los domingos de misa, los cantos, las clases, la ayuda de dioz y el color blanco de las almas arrepentidas.

Recordé a la iglesia y a la gente mormona, que por estos días tanto anticuerpo cultiva en mi pseudo respeto.



***



Llevo dos semanas de haber abierto la puerta al pasado, dos semanas hablando de esos días y otros, en donde he decidido por propia voluntad dejar lo que ya no me importa, dejar por el acto de que hay que dejar todo aquello que ya no sirve, que como la ropa vieja que te aprieta o te queda grande o ridícula o porque simplemente ya está apolillada y quitando el espacio que no te sobra y que necesitas, dejar las cosas porque no te pertenecen, ni a mí, ni a nadie, dejar lo que está sin estar ... dejar también los destilados de lado y compartir y hablar ( nunca dejando de modular) el vino. Es porque estoy débil, porque soy débil y no me importa pretender una fortaleza estúpida.

Dos semanas donde mi norte lo va apuntando el zoom de la análoga, en donde los encuentros van siendo más limpios que impíos. 
Dos semanas en que la decisión de dejar de tocar fondo se captura rápido, no hay mucho que pensar, aveces sólo es mejor estar y estar bien.



***

El Ágaetis Byrjun, puedo decir con total lucidez, es mi disco favorito de toda mi vida.
después de todos estos años puedo decir que está en mi número uno, número uno, número uno...


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