domingo, 21 de agosto de 2011

En lo del parque

La decisión de ser corajuda para salir, de exponernos, y de fortalecer a toda alerta los sentidos... Porque si yo tropiezo no me caigo sola y no quiero eso, así que al cruzar la puerta me transformo en el superhéroe que se mete a todo el mundo en los bolsillos, que en vez de usar capa municiona su mochila, que luchará por la paz , la justicia, y que vencerá villanos con el puño izquierdo de hierro.

Entonces nos esperan las momos y los ñiños eduardos, tanta gente que espera a tanta otras gentes para luego perderse entre la masa. Subir alto y ver el mar sólido sentada desde el verde pasto amable y robarle zol al zol, sin descaro ni vergüenza, porque es gratis.

Se sintió tan reconfortada, emocionda, lo sabe por piel. Se sintió tan feliz de presenciar el acontecimiento mismo, de estar, de ser parte, de cantar con los más viejos y aprender a refrescarse de y con los niños, de alzar la voz tan alto como los cometas mostrando sus colores, de ver esos ojitos que la miraban con atención y tranquilidad, de darle a otro cuerpo el aura misma del ahora, de la herencia.

Los tres mosqueteros hacen justicia y enmancipan sus mentes, yo hago justicia y digo paso... porque mis pasos ahora priorizan la tierra.

Comprendo de una puta vez que ya encontré lo que andaba buscando, que soy feliz , que estoy limpia, que me quité del camino los prejuicios, la vanidad y el egoísmo con la misma fiereza con que los perros se quitan las pulgas y que ahora puedo amar a los demás con lo justo.

Por eso hice salud, agarré la lata de cerveza y bebí el sorbo más delicioso que probé en años.

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