jueves, 8 de septiembre de 2011

De impulsos


La pulsación de impulsos que me posee a diario me ha llevado a la gloria y también a desear la muerte.

La pulsación intracutánea que me florece como mala hierba me ha llevado hacer cosas que no quiero hacer, pero las hago igual porque sé que si no las hago no tendría la convicción ni la autoridad de decir: "no debí haberlo hecho".
Lo hago igual para sentir propiedad, como los gatos (comprendí finalmente que los gatos no son celosos, son territoriales).
Lo hago igual para que nadie me venga con un chamullo y me mienta, porque me gusta saber que cuando otros van yo vengo de allá.

impulso de perder el control
disfrazarse agresor
violentar
y luego, luego reducirse estúpida: Lo que desencadena el estado justifica la nada.

Desear tanto algo y robarlo, para después olvidarlo.

Arrancarse el cabello, es lo peor. Mirarse los pelones es vergonzosamente debastador, luego sentir arrepentimiento, que feo es sentir arrepentimiento.

Mentir, aunque no sé realmente si mentir sea un impulso. Quizá mentir es simplemente un mal habito como lo es fumar.

Y así, como una vez que lamí la plancha caliente, sabía que me iba a quemar, pero no sabía que me iba a doler.

Hago las cosas sin pensar, devengo impulso a ver si sigo viva.

Besar a alguien sin sentir, es como comerse la ostia, muy fome.
( No soy católica, pero siempre me dio curiosidad la ostia, hasta que un día, en la confirmación de la Marce y de tan aburrida que estaba, solo me puse a la fila y la comí. Mejor me quedaba sentada, más sentí el sabor de la decepción)

Y así como otra vez, en que abrí la puerta del refri y lamí el hielo directo. Se me quedó la lengua pegada al congelador y todo lo que pasó después fue una tragedia, o una comedia, o una novela, o un fanzine, o una canción, o simplemente una reberenda tontera.

Jalar tanto hasta sangrar

Tomar tanta bebida de naranja hasta explotar por la nariz. ( por eso odio todo lo que tenga tal sabor)

decir algo con tal convicción de hacer todo lo contrario.


no sé
intentar vivir, siendo la vida tan absurda.

Y así...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Absurda o no, creo que lo que le da sentido son justamente las weás que uno considera estupideces, como pegarse la lengua en el hielo o en mi caso, con un helado de piña. Puta que me dolió la lengua después.

Hay un dicho de abuelita además que dice "entre hacer y no hacer, mejor hacer". Hay miles de cosas de las que me arrepiento pero después no, porque pienso "bueno, me sirve pa darme cuenta de lo weona que era en esa época", y así. Generalmente pasa eso cuando uno se anda inflando mucho de creerse no se qué, y de pronto viene una acción que te revienta la burbuja en la que estabas viviendo.

¿Por qué borraste tu comentario? Igual me hizo un poco de gracia, es que la bomba nunca funcionó.

Dolores k dijo...

Lo borré para no abrir un abismo a las desgracias. Lo borré porque soy impulsiva, lo borré porque aun reacciono de forma pajaril.

Anónimo dijo...

"porque me gusta saber que cuando otros van yo vengo de allá."

Claro, por eso siempre se deviene máquina paranoica y se llama a la policía, a la vigilancia, al control, y todas esas cosas que pudren todo.. y que estimulan correr.

A todo esto: cuál es la idea de desear el deseo del otro?