Soñé que vivía en el Puerto, que vivía sola, pero estabas Tú y El merodeando por los pasillos. Tú no sé por qué, si seguíamos de seguir nada, de terminar como siempre lo que nunca decidimos comenzar, estabas ahí, molestándome como siempre, cocinando tal vez, me importaba más El.
El iba a saludarme por mi cumpleaños, cocinaría algo rico para celebrar. No sabíamos por qué estabas y cada vez que intentábamos acercarnos nos espiabas, alomejor no lo hacías, pero como ahora estoy despierta interpreto que era por eso. El me tomaba por la cintura, El nunca me ha tocado la cintura, o tal vez sí, pero nuestros encuentros han sido tan rápidos que no lo recuerdo realmente. Me bordeaba y tú ponías esa cara que pones cada vez que algo te va superando pero que escondes en la quietud y decisión de no importarte.
Durante el sueño Tú estorbabas, me inquietaba tu espionaje porque de verdad aparecías en cada momento en que quería dejarle toda mi atención a El.
El me miraba con ojos de amor mientras yo también caía en esa misma mirada, CASI caímos porque vos no me dejabas caer.
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Estoy clara en lo que Freud me diría.
Estoy clara en que ni Tú ni El en verdad existan, me lo ha(n) aclarado más allá del sueño.
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