18 de septiembre del 2003, festejamos felices con Victor, Pancha, la lechita mi prima, el Cole y no recuerdo si habían más...
Nos fuímos chicha y volando a la fonda de Tobalaba, y ahí estaba todo pasando.
Me acuerdo que bailé una sola cueca, porque a la segunda vuelta se me giró el mundo entero y morí en el zapateo... Entonces me senté un rato a recobrar fuerzas de estrellas nacionales, y escudos... chucha que habían escudos y mi prima parecía pirinola, todos los huasos querían bailar con ella y ella feliz, con lo que le gustan las cuecas choras, es más chora.
Ya po, entonces yo los miraba a todos y estábamos todos piojo, cambiaron las cuecas no sé si por rancheras o por cumbias, pero las patitias se me fueron solas al meneo y eh eh eh eh...
Fue entonces cuando se apagó la luz, y todos con reacción de apagón... la fonda está casi en cerro, las luces de santiago se veían increíbles desde esa panorámica, recuerdo haber quedado impresionada en el silencio y frente a tal deleite visual. Sentí que se rompieron unos vasos, sentí además un golpe sobre mi cabeza, y sentí el sonido parecido al de una apertura de cierre sobre ella... fue en ese instante cuando volvió la luz y con la mano derecha me toqué la cabeza y sentí mojadito, me miré la mano que estaba empapada en sangre y dioz, que me habían dado con una botella en la cabeza, la panorámica se me volvió una centrifuga y me desplomé en el suelo en desmayo.
Cuando desperté, estaba metida dentro de una ambulancia... me estaban parchando el cráneo, estaban los paramédicos y los pacos mirándome con cara de weones, al frente estaban los unicos rostros conocidos, me paré como un zombie, le agarré la mano a la leche y nos fuímos caminando cerro abajo todos otra vez.
Nos fuímos piola, nadie abrió la boca, pedí un cigarro, al rato me fumé otro pito, pasó una camioneta, les pedimos que nos llevaran, nos regalaron una chela, las risas volvieron, las burlas eran buenísimas y la llegada a casa, hasta el día de hoy, no hay forma de recordarla.
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