martes, 8 de septiembre de 2009

((( Que ya va )))

voy llegando al cumpleaños del viejo moreno que adoro, del viejo que ya se está volviendo cada vez más pelado y arrugado pero su alma rejuvenece en vez de envejecer... son casi 50 y yo me pregunto dónde los guarda y le preguntaría abiertamente dónde, dónde guarda cada año que pareciera que se los comiera. Voy por una comuna que desconozco y que no me importa mucho la verdad. Entonces me llama la rulienta de la fascista Italia, me llama con voz bajita, pareciera estar guardada bajo las frazadas de su cama, qué cama me pregunto y me la imagino bajo tres de colores fuertes y flores amarillas. Quería hablar con vos, me dice, pelotuda pelotuda yo te quiero , le digo. que voy llegando, me dice y yo me río queriendo inútilmente encontrarla.
Que no quiero hablar, que dime tú.
Justo llego a la casa del viejo que quiero, los barrotes son locos morocha, negros, subo las escaleras.
y hay globos? me dice entuciasmada, que no hay le digo, que hay una mesita de centro con mantel azul, hay muchos niños rulona, y se rie. Que ahí está el cumpleañero, que sobre la mesa hay un bonsai, que lindo bonsai, y hola y hola, afuera hay un patio y los sillones son de amarillo y hay una niña con cachitos.
Entonces sé que está llorando y me dice: te quiero, te quiero mucho, sos hermosa, besos.

Te quiero, te quiero morocha, y te quiero mucho.

Cuidate.

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